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Mujeres y muchachas sudafricanas empoderadas por un programa de alfabetización para que ocupen su lugar en la sociedad

La pedagoga Verónica McKay, que pronunciará un discurso programático en la Sede de la UNESCO con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, le gusta trabajar a gran escala.

En el puesto de Decana interina de Educación en Unisa (Universidad de Sudáfrica en Pretoria), McKay fue la fuerza motriz que impulsó la campaña de alfabetización sudafricana KhaRiGude (Aprende con nosotros), que entre 2007 y 2011 permitió alfabetizar a cuatro millones de personas adultas, el 80 por ciento de las cuales eran mujeres.

McKay pasó luego a coordinar el proyecto de elaboración de manuales escolares del Departamento de Educación Básica del gobierno de Sudáfrica, que desde 2011 ha distribuido 158 millones de libros en las escuelas del país.

La profesora McKay presentará el proyecto Innovative Alfabetización innovadora para jóvenes y adultos en el marco del desarrollo sostenible,  el día 9 de septiembre, en la segunda jornada de los actos que la UNESCO celebrará con motivo del Día Internacional de la Alfabetización.

“La alfabetización está vinculada a los objetivos de desarrollo”, afirmó Mc Kay. “Es el factor que aglutina todos los elementos del desarrollo, que abarcan entre otros la salud, la agricultura y la actividad económica”.

Pese a la escala masiva de los programas de Sudáfrica, la profesora McKay ha sido testigo de los cambios profundos y duraderos que la alfabetización puede aportar en el plano personal. Como parte del programa, se realizó una encuesta entre algunos estudiantes, en su mayoría mujeres, acerca de los cambios que la alfabetización había generado en sus vidas.

“Muchas dijeron que sentían más confianza, que se sentían más respetadas en la comunidad”, dijo McKay. “Por ejemplo, algunas mujeres mayores pudieron utilizar un cajero automático por primera vez en su vida. Antes tenían que enviar a alguien que lo hiciera por ellas. A menudo se sorprendían al descubrir por vez primera el importe real de su pensión”.

Otros alumnos crearon microempresas de venta de comida o de artesanía o adquirieron competencias que les permitieron encontrar trabajo en la agricultura o en la construcción de carreteras. Algunos se sintieron lo bastante empoderados como para asistir a las reuniones de la escuela y disponer de más acceso a los programas sanitarios, en particular a los del VIH.

Una de las consecuencias del VIH, el SIDA y la migración laboral en Sudáfrica es que las abuelas atraviesan por un segundo ciclo de “maternidad”, al tener que ocuparse de sus nietos, pero como la sociedad se ha transformado, ahora necesitan de la lectura y la escritura para sacar dinero en efectivo, consultar la información sobre temas de salud y seguir los progresos de la escolaridad de sus nietos.

El proyecto de manuales escolares, que produjo libros en diez lenguas sudafricanas y en inglés, ha aproximado las escuelas a los hogares. Antiguamente los docentes hacían fotocopias de cualquier manual escolar que tuvieran a mano y explicaban las clases en la pizarra. Los manuales también se concibieron para poner en tela de juicio los estereotipos raciales y de género, porque describían a las muchachas en términos positivos y en funciones activas en el mundo laboral.  

“Una familia que antes quizá sólo tuviera una biblia en casa como único libro, tiene ahora una biblioteca cada vez más numerosa, con libros bellamente ilustrados en color y en lenguas vernáculas, que ofrecen una lección diaria a los alumnos y que pueden usar personas de diversas generaciones”, afirmó la profesora McKay.

El hecho de disponer de libros en casa ha servido para desmitificar los planes de estudio y ha hecho comprender a los padres que sus hijos tienen deberes que hacer. También ha ayudado a los docentes, al facilitarles una estructura lectiva, en escuelas donde muchos de ellos quizá no hayan recibido una formación suficiente para alfabetizar.  

Los manuales de alfabetización contienen un ejercicio especial para el 8 de septiembre, en el que se invita a los alumnos a dibujar sus propios carteles para celebrar el Día Internacional de la Alfabetización.