Las Directrices

Directrices para la gobernanza de las plataformas digitales

La UNESCO tiene como objetivo garantizar que la libertad de expresión, el acceso a la información y los contenidos culturales diversos estén plenamente garantizados, mientras que diversas partes interesadas, incluidos los Estados miembros, se ocupan de los problemas de la desinformación y el discurso de odio en línea. Estos problemas se tratarán mejor, alineándose al derecho internacional de los derechos humanos, mediante la implementación integral y coherente de las Directrices.

Directrices para salvaguardar la libertad de expresión y el acceso a la información en la gobernanza de las plataformas digitales: un enfoque de múltiples partes interesadas

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Salvaguardar la libertad de expresión y el acceso a la información en plataformas digitales

Las plataformas digitales se han convertido en un nuevo frente en la búsqueda de la paz. El papel transformador que han desempeñado las plataformas digitales en la promoción de los derechos humanos es innegable. Sin embargo, las mismas plataformas digitales que democratizaron el acceso al conocimiento y la cultura, y fomentaron la conexión global, también se han convertido en ecosistemas de desinformación, polarización ideológica e incitación a la violencia, la discriminación y el odio. Estas características han socavado las democracias y amenazado los derechos humanos en todo el mundo.

Así, mientras las empresas carecen de transparencia, rendición de cuentas y debida diligencia, muchos países se han embarcado en procesos regulatorios sin un enfoque que respete los derechos humanos y como una solución individual, debilitando profundamente el espacio cívico y dando lugar a diferentes tipos de censura.

Un entorno propicio: ¿Cómo vamos a lograr este objetivo?

Todas las partes interesadas comparten la responsabilidad de mantener un entorno propicio para la libertad de expresión y el derecho a la información, garantizando al mismo tiempo que exista un entorno abierto y seguro para usuarios y no usuarios.

Las directrices describen un conjunto de deberes, responsabilidades y roles para los estados, las plataformas digitales, las organizaciones intergubernamentales, la sociedad civil, los medios de comunicación, el mundo académico, la comunidad técnica y otras partes interesadas para crear un entorno en el que la libertad de expresión y la información estén en el centro de los procesos de gobernanza de las plataformas digitales. 

Directrices para la gobernanza de las plataformas digitales

Los Estados 

  1. Deben respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos.
  2. Deben evitar el uso de medidas arbitrarias o desproporcionadas.
  3. Deben implementar políticas alineadas con el derecho internacional de los derechos humanos.
  4. Deben promover medios de comunicación libres, independientes y plurales y garantizar fuertes protecciones para los periodistas.
  5. Deberían abstenerse de imponer medidas como apagones de Internet.

 

Los reguladores independientes

  • Deben estar equipados con los medios para hacer cumplir las normas internacionales de derechos humanos en el ecosistema digital.

Las organizaciones internacionales

  • Deben apoyar a las partes interesadas en la prestación de asistencia técnica, monitorear y denunciar violaciones a los derechos humanos.

La sociedad civil, la academia y los medios de comunicación

  • Son importantes guardianes, monitorean, evalúan e informan sobre leyes, políticas, acciones regulatorias, entre otras, que impactan los derechos humanos, así como el comportamiento de las plataformas digitales.

Empresas de plataformas digitales

  1. Se debe solicitar que sean capaces de gestionar y mitigar los riesgos de derechos humanos relacionados con contenidos potencialmente dañinos.
  2. Deben comprometerse a alinear sus procesos de diseño, así como las políticas y prácticas de moderación y curación de contenidos, con los estándares internacionales de derechos humanos.
  3. Deben ser transparentes y rendir cuentas.
  4. Deben poder brindar a las personas usuarias herramientas para interactuar críticamente con sus productos.

Las plataformas digitales deben cumplir con cinco principios fundamentales:

  1. Actuar con la debida diligencia en materia de derechos humanos;
  2. Adherir a la normativa internacional en materia de derechos humanos, incluido en el diseño de la plataforma, la moderación y la curación de contenidos;
  3. Ser transparentes y abiertas sobre cómo operan;
  4. Hacer que la información sea accesible para que las personas usuarias comprendan los distintos productos, servicios y herramientas que ofrecen, y para que tomen decisiones informadas sobre los contenidos que comparten y consumen;
  5. Rendir cuentas ante las partes interesadas pertinentes.

Las Directrices destacan la importancia de que las empresas evalúen el riesgo:

  • Antes de realizar cualquier cambio significativo de diseño, tomar decisiones políticas importantes (incluidas las relacionadas con el sistema de publicidad, si procede), realizar cambios en el modo de funcionamiento o iniciar nuevas actividades o relaciones/asociaciones.
  • Periódicamente, para proteger los derechos de todos los grupos en situación de vulnerabilidad y marginación, así como mujeres y niñas, periodistas, artistas, personas defensoras de los derechos humanos y defensoras del medio ambiente.
  • Antes de cualquier proceso electoral para proteger su integridad.
  • En respuesta a emergencias, crisis, conflictos o cambios significativos en el entorno operativo.

Las Directrices exigen un enfoque de múltiples partes interesadas para la gobernanza de las plataformas digitales y están diseñadas para aplicarse a una amplia gama de formas de gobernanza.

Cinco principios generales para la gobernanza de las plataformas digitales:

  • Las políticas y procesos de curación y moderación de contenidos de las plataformas deben ser transparentes.
  • Los pesos y contrapesos deberían institucionalizarse formalmente.
  • Los procesos de gobernanza deben ser abiertos y accesibles para todas las partes interesadas, incluidos los grupos más vulnerables y marginados.
  • La diversidad de conocimientos debería ser una característica común de todos los acuerdos regulatorios.
  • La gobernanza debe proteger y promover la diversidad cultural y la diversidad de las expresiones culturales.

Las formas diversas de regulación deberían:

  • Ser eficaces y sostenibles.
  • Garantizar una supervisión independiente.
  • Desarrollarse a través de procesos abiertos, transparentes y basados ​​en evidencia.

Las Directrices destacan la importancia de los programas de alfabetización mediática e informacional al reconocer que deben:

  • Poner énfasis en el empoderamiento de los usuarios.
  • Promover la diversidad cultural, la inclusión social y la ciudadanía global.
  • Apuntar a reducir la “brecha de participación” entre los ciudadanos que participan en la creación y el uso crítico de los medios y el contenido informativo y los que no lo hacen.
  • Promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y brindar oportunidades de participación a grupos en situación de vulnerabilidad y marginación.

Estas Directrices:

  • Fomentarán y contribuirán al desarrollo de redes globales de múltiples partes interesadas y espacios comunes para debatir y compartir buenas prácticas sobre la gobernanza de plataformas digitales, reuniendo diferentes visiones y un amplio espectro de perspectivas.
  • Servirán como herramienta para que todas las partes interesadas relevantes aboguen por una regulación que respete los derechos humanos y exijan responsabilidades a los gobiernos y las plataformas digitales.
  • Avanzarán en enfoques políticos basados ​​en evidencia y en derechos humanos.
  • Fomentarán la mayor convergencia mundial posible en las políticas de gobernanza de plataformas para evitar la fragmentación de Internet.

Preguntas más frecuentes

Lea más sobre el alcance las Directrices para la gobernanza de plataformas digitales.

Las Directrices pueden ser de utilidad para una variedad de actores: 

  • Para responsables de hacer política pública al identificar objetivos legítimos, principios de derechos humanos y procesos inclusivos y participativos que pueden incluir en la hechura de políticas públicas; 

  • Para los cuerpos reguladores al ocuparse de la implementación de la regulación; 

  • Para las plataformas digitales en sus políticas y prácticas; 

  • Para la sociedad civil y los medios de comunicación en sus esfuerzos de defensoría y rendición de cuentas. 

En noviembre de 1945, la UNESCO fue creada con la misión de “contribuir a la paz y la seguridad mediante la promoción de la colaboración entre las naciones a través de la educación, la ciencia y la cultura, con el fin de asegurar el respeto universal a la justicia, al estado de derecho, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales que se afirman para los pueblos del mundo”. El mandato mundial de la UNESCO, que incluye la promoción de “la libre circulación de ideas por medio de la palabra y la imagen”, ha guiado la labor de la Organización durante casi 80 años, como laboratorio de ideas, centro de intercambio de información, organismo de normalización, catalizador y motor de la cooperación internacional y creador de capacidades. Esta historia dio forma a nuestro mandato dentro del sistema de las Naciones Unidas para proteger y promover la libertad de expresión, el acceso a la información y la seguridad de los periodistas.

Las Directrices se elaboraron a través de un proceso de consulta de múltiples partes interesadas que comenzó en septiembre de 2022. Las partes interesadas que participan en este proceso son:

  • Representantes estatales: reguladores y ministros de medios, información, TIC, comunicaciones, transformación digital, educación, datos; legisladores y parlamentarios, operadores de justicia y otros actores legales
  • Sector privado: empresas de tecnología, en concreto plataformas digitales.
  • Comunidad técnica: ingenieros y otros profesionales técnicos responsables de construir la arquitectura de Internet
  • Organizaciones intergubernamentales y la familia de las Naciones Unidas: organizaciones intergubernamentales regionales
  • Organizaciones de la sociedad civil: ONG, academia, medios de comunicación y otros expertos.