Cómo la formación profesional y el espíritu empresarial abren oportunidades a los licenciados en Uganda

“El proyecto i-SOFT me ayudó a adquirir competencias y, gracias a él, no necesito buscar trabajo. Ya tengo trabajo y pronto tendré mi propia oficina”, afirma Lynettee Ndyamuhaki, ex alumna de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Mbarara (MUST), en Uganda, universidad asociada a la Fase III del Fondo Fiduciario de China: Enseñanza técnica superior en África en favor de una mano de obra técnica innovadora (CFIT III).

Tras graduarse este año, Lynettee trabaja ahora como coordinadora del proyecto Técnicas Innovadoras de Agricultura Bio-orgánica (i-SOFT), una empresa dirigida por estudiantes que desarrolla fertilizantes orgánicos gracias a la aplicación de tecnología agrícola, desarrollada con el apoyo del CFIT III.

En África, el desfase entre la preparación de la enseñanza superior y la rápida evolución de las demandas del mercado laboral se considera uno de los principales desafíos para el empleo juvenil. Para mejorar el acceso al empleo y fomentar el espíritu empresarial entre los jóvenes, la Fase III del Fondo Fiduciario de China: Enseñanza técnica superior en África en favor de una mano de obra técnica e innovadora (CFIT III) apoya la revisión de los planes de estudio basados en datos fehacientes y la elaboración de programas de formación profesional en las universidades para que los jóvenes puedan reorientarse y mejorar sus competencias. Uganda, junto con Côte d’Ivoire, Etiopía, Gabón, Senegal y la República Unida de Tanzania, es uno de los países participantes en el proyecto CFIT III.

Durante el primer año de su puesta en marcha, el CFIT III apoyó la iniciativa i-SOFT en la MUST. Gracias a la formación profesional y del espíritu empresarial impartida por i-SOFT, los estudiantes de segundo ciclo adquirieron conocimientos prácticos para convertirse en empresarios y contribuyeron al desarrollo agrícola de las comunidades locales. Lynettee, junto con sus compañeros, creó oportunidades de empleo para sí misma y contribuye a la modernización de la agricultura en Uganda.

Iniciado por el Centro de Innovación y Transferencia de Tecnología (CITT) de la MUST, el proyecto i-SOFT se centra en la conversión de biorresiduos en fertilizantes sostenibles de alta calidad para impulsar la productividad agrícola. La innovación también aborda el desempleo juvenil ayudando a los estudiantes a desarrollar las capacidades técnicas y sociales necesarias para el empleo.

“Muchos jóvenes, especialmente estudiantes y desempleados, se unieron a nosotros para recibir formación en técnicas de agricultura ecológica”, declaró el Dr. Medard Twinamatsiko, director del CITT y coordinador institucional del proyecto CFIT III en la MUST.

“I-SOFT surgió de una idea innovadora. Queríamos mantenerla ofreciendo formación sobre esta técnica agrícola única, especialmente a los jóvenes”, explicó Lynettee. En la universidad, Lynettee participó en el inicio y desarrollo del proyecto i-SOFT. Tras obtener su título en Agricultura, Medios de Vida y Producción Agrícola, ahora trabaja a tiempo completo para i-SOFT y organiza talleres de formación para estudiantes y agricultores locales.

A la pregunta de cómo ha influido la formación profesional, Lynettee responde: “Desarrollamos nuestras capacidades con proyectos prácticos en granjas y empresas. Aprendí mucho y sigo aprendiendo. Con los conocimientos adquiridos, ahora puedo ayudar a formar a más estudiantes y apoyar a nuestras comunidades. Y esta es mi pasión.”

La formación impartida por i-SOFT también pretende mejorar las capacidades innovadoras y empresariales de los estudiantes. Además de la tecnología de los bioproductos, los estudiantes reciben formación en la creación microempresas y capacidad empresarial, conocimientos de TIC, marketing y competencias transferibles. Gracias a la mejora de sus capacidades, los estudiantes empiezan a poner en marcha sus propias empresas y a vislumbrar un futuro prometedor.

La iniciativa i-SOFT responde también al desafío del agotamiento del suelo en Uganda desarrollando biofertilizantes sostenibles asequibles para los agricultores. “Nuestro producto ya se ha probado y aplicado en granjas de los distritos ugandeses de Isingiro, Kiruhura, Mbarara y Sheema, con resultados prometedores”, afirmó Lynettee. El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Frank Tumwebaze, elogió el fertilizante i-SOFT, afirmando que la innovación beneficiará a los agricultores cuyas tierras se empobrecen cada temporada.

En una línea similar, el enfoque de formación de i-SOFT está orientado a la comunidad y se centra en sacar provecho de las técnicas de agricultura ecológica para el desarrollo agrícola regional. Permite a los estudiantes adquirir conocimientos agrícolas prácticos trabajando estrechamente con las comunidades locales. Los estudiantes también tienen la oportunidad de formar a los agricultores en la adopción y el desarrollo de la técnica que aumentará la productividad agrícola y mejorará sus condiciones de vida. Hasta ahora han sido formados 192 agricultores y 125 estudiantes.

Para Lynettee, estas nuevas capacidades permiten que ponga en práctica su pasión por el desarrollo comunitario. “Sigo la carrera de mis sueños como agricultora. Con las capacidades y conocimientos adquiridos, he podido formar a agricultores en la producción de fertilizantes destinados a mejorar la producción agrícola”. Lynettee está entusiasmada con su futuro: “Creo que en los próximos años podré ayudar a más agricultores a resolver sus problemas y transformar la comunidad que me rodea”.

“Se espera que este enfoque innovador en materia de formación solucione el déficit de mano de obra cualificada en Uganda”, señaló el profesor Nixon Kamukama, vicerrector adjunto de asuntos académicos de la MUST. Para facilitar la formación, se desarrollará una aplicación móvil i-SOFT y un manual sobre técnicas de agricultura bio-orgánica, que beneficiarán a graduados, estudiantes universitarios, jóvenes desempleados y pequeños agricultores. Al igual que Lynettee, muchos estudiantes están recibiendo formación para adquirir las capacidades adecuadas para el trabajo mediante proyecto, con un futuro brillante en perspectiva.

Además, se espera que los estudiantes promuevan la agroindustrialización en sus comunidades utilizando los conocimientos adquiridos y desarrollen otras innovaciones. "Esperamos que, gracias a la formación, más estudiantes puedan aportar ideas innovadoras para crear su propia empresa", declaró Lynettee. En el marco de la fase III del proyecto UNESCO-CFIT, la MUST planea establecer un centro de incubación de empresarios en la industria de los biofertilizantes y apoyar a los estudiantes la creación de su propia empresa.