Noticia

Construir sistemas educativos resilientes durante el periodo de la COVID-19

Una cantidad sin precedentes de niños y jóvenes han sido afectados por el cierre de los centros educativos para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19. Desde la pérdida de aprendizaje hasta las repercusiones negativas en su salud física y mental y en su bienestar, centenares de millones de alumnos se han visto confrontados a situaciones de riesgo. Asimismo, las desigualdades ya existentes se han exacerbado.

La respuesta a la COVID-19 debe prever un reforzamiento de los sistemas educativos que les permitirá superar las adversidades y volverse resilientes ante los riesgos a los que se ven confrontados. Según una nota temática del sector educativo sobre la crisis de la COVID-19 elaborada por el Sector de Educación y Salud de la UNESCO y el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE), sería conveniente institucionalizar la gestión de la crisis y de los riesgos de los sistemas educativos. Las opciones de programaciones específicas pueden ayudar a prevenir las oleadas de epidemias y las pandemias que afectan a las comunidades educativas.

La nota temática titulada Reconstruir con más resiliencia: ¿cómo los sistemas educativos pueden prevenir, preparar e intervenir en caso de urgencia sanitaria y de pandemia?, propone recomendaciones concretas con miras a construir sistemas educativos resilientes, reforzándolos para que puedan hacer frente a los desafíos inmediatos relacionados con la reapertura de las escuelas y posicionándolos para que puedan afrontar mejor las crisis futuras. Estas recomendaciones abarcan las medidas que abordan la prevención, la preparación y la respuesta a las urgencias sanitarias y a las pandemias para que a ningún niño o joven se le niegue el derecho fundamental a la educación.

Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, declaró que una resiliencia mayor de las escuelas y de los centros educativos beneficia a los alumnos, así como a toda la comunidad educativa.

“Cuando decimos que hay que reforzar la resiliencia del sistema educativo, no se trata solo de elaborar políticas y de proponer servicios, sino también de reforzar la resiliencia de las escuelas para que puedan proporcionar apoyo emocional y una atención a los docentes y alumnos, así como la resiliencia de los propios alumnos”, declaró la Sra. Giannini.

“Es hora de actuar. Según las estimaciones, al menos 24 millones de niños y jóvenes no regresarán a la escuela, debido exclusivamente a la repercusión económica de la pandemia de COVID-19. Si las sociedades no convierten a la educación en un pilar de la recuperación al igual que a la salud, el empleo y el clima, entonces fomentarán las desigualdades, la pobreza y la brecha a escala social en vez de revertirlas.

Suzanne Grant, directora del IIPE, declaró que el objetivo del reforzamiento de la resiliencia debe ser a largo plazo, y hace un llamamiento a efectuar una reflexión y un examen continuos, así como un mejoramiento constante de los diferentes procesos.

“Ningún niño, joven o adulto debe quedar excluido de las oportunidades de aprendizaje que le darían la posibilidad de desarrollar plenamente su potencial. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y el cierre de las escuelas a consecuencia de esta han tenido el mismo efecto”, afirmó la Sra. Grant Lewis.

“El reforzamiento de la resiliencia debe convertirse en un elemento central de la planificación y la gestión de los sistemas educativos, de modo que permitan prevenir, preparar y responder a la pandemia mundial de COVID-19 y a cualquier otra crisis en el futuro”.

 

Photo: Sucharn Wetthayasapha/Shutterstock.com