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¿En dónde los docentes son prioritarios para ser vacunados contra la COVID-19?

La UNESCO exhorta a todos los países a priorizar a los docentes en sus planes nacionales de despliegue de vacunas contra la COVID-19 con miras a garantizar que la educación continúe de manera segura y que las escuelas permanezcan abiertas.  

En marzo de 2021, un año después del comienzo de la crisis de la COVID-19, la UNESCO y el Equipo Internacional Especial sobre Docentes para Educación 2030 realizaron una encuesta a nivel de los países para saber qué prioridad se le otorga a los docentes en los planes nacionales.

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Basándose en los datos de 150 países, incluidos los datos provenientes de la Encuesta UNESCO/UNICEF/Banco Mundial sobre las respuestas nacionales del sector educativo ante el cierre de los centros educativos vinculado con la COVID-19, la investigación reveló que solo 19 países de diferentes regiones han incluido a los docentes en el primer grupo de personas que deben vacunarse; países como Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, así como otros países con ingresos medio o bajo recientemente apoyados por el programa COVAX, entre los que figuran Chile, Camboya, Vietnam, Gambia, Rwanda y Uganda. El énfasis que ha puesto Chile en los profesores, ha llevado al país a vacunar a más de la mitad de los 513,000 profesores y trabajadores de la educación, a tiempo para el inicio del año escolar, y alcanzar uno de los índices de vacunación por habitante más altos del mundo. También es posible que ciertos Estados/provincias que realizan esfuerzos a nivel internacional, como en Nueva Delhi (India), den prioridad a los docentes durante la primera fase de vacunación.

Otros 19 países han incluido a los docentes en el segundo grupo prioritario para la vacunación, después de los profesionales sanitarios y las poblaciones más vulnerables. Es el caso de ciertos países de Europa, como Alemania, Malta y España, pero también de Sudáfrica en donde se han señalado numerosos fallecimientos entre los docentes.

Otros 19 países incluyen a los docentes como grupo prioritario a vacunar en la tercera fase o posteriormente. Es el caso de algunos países de América Latina como Brasil, Ecuador, Guatemala y la República Bolivariana de Venezuela, así como países de ingresos altos como Italia y Ucrania.

En total, 54 países no dan prioridad a los docentes en sus planes de despliegue de la vacunación o estos planes se encuentran todavía en fase de desarrollo. Esto representa aproximadamente 1 docente de 4 en el mundo. Es el caso de muchos países de ingreso bajo del África Subsahariana, como Angola, Burkina Faso, Madagascar, Malí, Níger, Sierra Leona, Chad, entre otros. Los docentes no son tampoco prioritarios en algunos países de Asia Oriental, como Japón, Myanmar y Filipinas. En Europa, los docentes no son prioritarios en Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Suecia.

Garantizar el derecho de cada persona a la educación

El llamamiento a dar prioridad a los docentes en la respuesta del sector educativo frente a la COVID-19 no es nuevo.

Desde marzo de 2020, el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 ha lanzado un llamamiento a la acción internacional en favor de los docentes, con miras a destacar las medidas fundamentales que deben tomar los países para apoyar a los docentes durante esta pandemia, incluida “la protección de la salud, la seguridad y el bienestar de los docentes y alumnos”. Esto quedó ratificado en la Sesión extraordinaria de la Reunión Mundial sobre Educación (GEM 2020) convocada por la UNESCO en octubre 2020, durante la que los jefes de Estado y ministros se comprometieron a apoyar a todos los docentes y al conjunto del personal educativo como trabajadores esenciales, y a dar prioridad a su salud y su seguridad.

El 14 de diciembre de 2020, la UNESCO y la Internacional de la Educación exhortaron a los países a incluir a los docentes como grupo prioritario en los planes nacionales de despliegue de la vacunación destinados a frenar la propagación de la COVID-19 y a proteger a los docentes y alumnos para garantizar la continuidad del aprendizaje y una vuelta a la enseñanza presencial de manera segura.

Un estudio reciente sugiere que, sin una mayor cooperación internacional, más de 85 países pobres no tendrán un acceso generalizado a las vacunas contra la COVID-19 antes de 2023. Dado que numerosos países con ingresos bajos tienen pocas posibilidades de obtener la cantidad suficiente de dosis para vacunar a sus docentes por el momento, y dado los riesgos vinculados a la vuelta a la educación en presencial sin vacunación, la UNESCO y sus asociados invitan sistemáticamente a los Estados Miembros a dar prioridad a los docentes en los planes de vacunación para apoyar la educación y proteger el bienestar de las comunidades educativas a través del mundo.