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Un programa holístico que desmonta los estereotipos de género y crea un ámbito de igualdad para todas las edades en las aulas ha ganado el Premio UNESCO de educación de las niñas y las mujeres de 2019. El Proyecto galardonado, que lleva por título SKOLAE

Un programa holístico que desmonta los estereotipos de género y crea un ámbito de igualdad para todas las edades en las aulas ha ganado el Premio UNESCO de educación de las niñas y las mujeres de 2019.

El Proyecto galardonado, que lleva por título SKOLAE: Berdin Bidean Creciendo en Igualdad, es un programa pionero de enseñanza mixta creado por el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra (España).   

La Presidenta de la región autónoma de Navarra, María Chivite Navascués, recibió el premio en nombre del Departamento de Educación, durante la ceremonia anual que se celebra en la Sede de la UNESCO, el 11 de octubre de 2019, Día Internacional de la Niña. La ceremonia formó parte de un evento especial, La educación de las niñas: una fuerza para la igualdad de género y el cambio duradero, que atrajo a más de 600 participantes y en el cual se leyeron mensajes de la Enviada Especial de la UNESCO para la promoción de la educación de niñas y mujeres, Peng Liyuan, y de la Directora General de la Organización, Audrey Azoulay.

Lograr la igualdad de género en el aula y fuera de ella

En el programa SKOLAE se enseña a los alumnos a reconocer, comprender y afrontar la desigualdad en todos los ámbitos: el género, la cultura, la religión, la clase social y la orientación o identidad sexual. El programa extiende el alcance de la educación sexual de amplio espectro y la incorpora a los planes de estudio en todos los niveles.

Aunque fue concebido para aplicarlo en las aulas, el programa SKOLAE opera mediante la inclusión de todo el centro escolar, las familias y la comunidad en general, con miras a prevenir toda forma de violencia contra las niñas y las mujeres, y para que todos reflexionen sobre los medios de alcanzar la igualdad entre los géneros.

“Los docentes han percibido un aumento de los niveles de confianza entre las niñas y nos notifican que todos los alumnos están siendo empoderados para expresarse libre y abiertamente sobre asuntos que antes consideraban tabúes o eran temas difíciles de tratar”, declaró el coordinador de SKOLAE.

El programa proporciona actividades didácticas sobre diversos temas, que se ajustan a la edad de los alumnos, para estudiantes de entre 3 y 18 años. Por ejemplo, en la clase de educación física se pueden llevar a cabo actividades orientadas a impugnar la idea de que las niñas son incapaces de practicar deportes.

Desde 2017, cuando se desarrolló la primera fase experimental, 2 303 docentes (de los que 495 eran hombres) han completado la capacitación exhaustiva necesaria para impartir clases en el marco del programa. En la actualidad, el programa se aplica en 116 escuelas –el 30% de los centros de la región—y ha llegado ya a más de 17.000 estudiantes. El Gobierno de Navarra tiene planes para extender el programa SKOLAE a todos los colegios de la región, de aquí a 2021.

Alentar el aprendizaje crítico y el pensamiento orientado al cambio

“Hacemos gran hincapié en fomentar el pensamiento crítico para que los alumnos puedan impugnar los estereotipos vigentes y reflexionar sobre las diferencias culturales que existan en su país o en cualquier otro lugar”, afirmó el coordinador del programa.

Todas las actividades de SKOLAE ofrecen a los estudiantes modelos, oportunidades de reflexionar, experiencias pedagógicas y procesos de aprendizaje individual y colectivo. Esta oferta contribuye al desarrollo de relaciones emocionales, sociales y sexuales de igualdad y respeto, al tiempo que consolida la autonomía, el pensamiento crítico y la capacidad de liderazgo de los alumnos.

La metodología del programa se ha ajustado a cada grupo etario y privilegia la práctica sobre la teoría. Por ejemplo, mientras que los párvulos pueden aprender la igualdad en sus relaciones familiares o mediante cuentos infantiles, los estudiantes de primaria debaten sobre temas tales como el amor, los celos, la posesión y las redes sociales.

A medida que los estudiantes crecen, maduran y empiezan a examinar las relaciones y los problemas complejos, tales como la defensa de la libertad y la seguridad de las jóvenes, el programa introduce actividades orientadas, por ejemplo, a promover la masculinidad positiva.

Como señaló el coordinador del programa: “Los datos empíricos recopilados en la fase experimental muestran que se están produciendo cambios positivos en los comportamientos culturales que se manifiestan en clase”.

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