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Una conferencia internacional en la UNESCO destaca el importante papel de las lenguas judeo-españolas en la diversidad cultural y el diálogo intercultural

“Creemos que los idiomas son más que palabras y herramientas de comunicación, son el ADN de las culturas y las sociedades”, afirmó Irina Bokova en su discurso de apertura de la conferencia “Las lenguas judeo-española: una expresión de identidad y apertura”, que tuvo lugar el 10 de junio en la Sede de la UNESCO en París.

Se calcula que cerca de 100.000 personas en el mundo hablan lenguas judeo-españolas. Sus orígenes se encuentran en la expulsión de los judíos de España en 1492, lo que obligó a miles de personas a buscar un nuevo hogar en los países mediterráneos, como por ejemplo los territorios del Imperio Otomano, o en otros lugares, como el Reino Unido o los Países Bajos.

“Europa no habría sido lo que es hoy sin la aportación de los judíos que vinieron de España”, manifestó el Embajador y Delegado Permanente de España ante la UNESCO, Juan Manuel de Barandica y Luxán, quien, citando un discurso del Rey de España, explicó que fue admirable cómo los sefardíes guardaron fidelidad a su lengua a pesar de los sentimientos encontrados y que, en definitiva, se convirtieron en una España itinerante.

El Embajador destacó los esfuerzos que lleva a cabo España fortalecer los vínculos con las comunidades sefardíes. Esta es precisamente una de las principales misiones del Centro Sefarad-Israel, creado por el Ministerio de Asuntos Exteriores español y los gobiernos regional y municipal de Madrid, tal y como explicó su director general, Miguel de Lucas, otro de los participantes en la conferencia. “Normalmente, la gente en España conoce muy poco o nada sobre Israel y el judaísmo”, explicó de Lucas, “nuestro centro está abierto a todo el mundo y principalmente busca crear vínculos entre nuestro país y el mundo judío”, concluyó.

La profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Paloma Díaz-Mas, ofreció a los cerca de 200 asistentes una presentación sobre los orígenes de las lenguas judeo-españolas, sus influencias y variantes, los países en que se instalaron los sefardíes tras la expulsión, así como los desafíos a los que se enfrentan estas lenguas hoy en día en declive debido a diferentes factores.

Las lenguas judeo-españolas son una mezcla de castellano medieval con influencias provenientes del resto de idiomas hablados de la Península Ibérica y otras lenguas, como el hebreo, arameo o el árabe, con el añadido también de algunas palabras de las lenguas de los países en que se instalaron los sefardíes, como por ejemplo el griego. Hasta el Holocausto, la presencia de sefardíes era especialmente importante en la zona de los Balcanes, Grecia, Marruecos y Turquía.

La diversidad lingüística y la preservación de las lenguas en peligro son parte importante del trabajo de la UNESCO. Para saber más, visite esta página.